Cómo hacer Pastel de Limón Glaseado
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Precalienta tu horno a 180°C. Asegúrate de que esté completamente caliente antes de introducir el pastel, ya que esto asegurará una cocción uniforme.
En un bol grande, bate 3 huevos con 200 g de azúcar. Utiliza una batidora o varillas manuales para batir hasta que la mezcla se vuelva espumosa y adquiera un tono blanquecino. Este paso es crucial para incorporar aire a la mezcla y lograr un bizcocho esponjoso.
Una vez que los huevos y el azúcar estén bien integrados, añade 150 ml de aceite de girasol y 1 yogur natural o de limón. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados y la mezcla sea homogénea.
Agrega a la mezcla el zumo de 1 limón y la ralladura de 1 limón. Estos ingredientes le darán al bizcocho su característico sabor cítrico. Mezcla suavemente para que el limón se distribuya de manera uniforme.
En otro bol, tamiza 200 g de harina junto con 1 sobre de levadura química (polvo de hornear). Este paso es importante para evitar grumos y asegurar que la masa del bizcocho sea ligera y aireada. Añade la harina tamizada poco a poco a la mezcla líquida, removiendo con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Engrasa un molde para horno con un poco de aceite o mantequilla y espolvorea ligeramente con harina para evitar que el pastel se pegue. Vierte la mezcla en el molde y nivela la superficie con una espátula o el dorso de una cuchara.
Introduce el molde en el horno precalentado y hornea durante 35-40 minutos. El tiempo puede variar ligeramente según tu horno, por lo que es recomendable revisar el pastel a partir de los 35 minutos. Para comprobar si está listo, inserta un palillo en el centro; si sale limpio, el bizcocho está cocido.
Saca el bizcocho del horno y déjalo enfriar completamente en el molde o sobre una rejilla antes de añadir el glaseado. Si añades el glaseado cuando el bizcocho está caliente, este se derretirá y no quedará con la consistencia adecuada.
En un bol pequeño, mezcla 200 g de leche condensada con el zumo de 1 limón. Remueve bien hasta obtener una consistencia ligeramente espesa. El ácido del limón espesará la leche condensada y le dará un sabor delicioso.
Cuando el bizcocho esté completamente frío, vierte el glaseado por encima, dejando que se deslice por los bordes de manera natural. Esto le dará al pastel un aspecto apetitoso y una capa de sabor extra.
Espolvorea un poco de ralladura de limón por encima del glaseado para decorar y darle un toque fresco y visualmente atractivo.
Tu pastel de limón glaseado está listo para ser disfrutado. Es perfecto para compartir con amigos y familia, o para darte un capricho en cualquier momento del día.
Este pastel es delicioso por sí solo, pero puedes elevar su presentación y sabor con algunos acompañamientos. Aquí algunas ideas:
Muchas gracias